¡Hola!,
aquí estamos una semana más para contaros cosas desde el África
austral.
Dado
que las últimas tres entradas al blog las he dedicado a hablar de
esta II Fase del proyecto y de las actuaciones que tenemos en marcha,
hoy voy a retomar el debate social para que todos vosotros, desde
ahí, conozcáis mejor algunos de los problemas que afectan a la
realidad mozambiqueña. Y hoy, sirviéndome de los datos desvelados
aquí con el cierre del año 2012 sobre el Estado Real de la
Nación, os hablaré de una de las grandes lacras que sigue
arrastrando el país: el Hambre.
Madre e hijo esperan a pasar consulta médica. Bebé amamantado por su madre, en Wimbe.
Los
números no mienten, Mozambique pasa hambre. Un mínimo de 253.000
personas literalmente se mueren de hambre, según revela
el Relatório de Monitoria da Situação de Segurança Alimentar e
Nutricional, del Ministerio de Agricultura mozambiqueño. Sin
embargo, según las organizaciones humanitarias que trabajan aquí,
el dato se queda corto y cifran en más de un millón el
número de personas en situación de inseguridad alimentaria,
afectando especialmente a los niños: el 66% presenta los
diversos grados de desnutrición de moderada a severa, según
advertía también el African Human Report 2012, del PNUD.
Niño con síntomas de desnutrición vendiendo anacardos. Niño comiendo la guayaba cogida de un árbol.
En
este sentido, los registros del Programa Mundial de Alimentos (PMA)
confirman que muchos menores que viven en las zonas productivas del
país están, sin embargo, desnutridas. Según declaraba al diario
@Verdade la directora general del PMA, Lola Castro, “ese cuadro
revela una contradicción; por eso, para mejorar la situación,
estamos trabajando en el área de la educación, del agua y el
saneamiento, y con planes de productos alimentarios complementarios
(…) Además, hay que reforzar la red comercial en las zonas
productivas agrarias, en el norte y centro de Mozambique”.
Mendigo en la puerta de una iglesia católica.
Y
es que todo apunta a que el hambre en Mozambique no está determinada
por la falta de alimentos, sino sobre todo por las ineficaces
políticas de distribución de aquello que se produce y por el alto
coste de vida en relación a los ínfimos sueldos. A este respecto,
os diré que la tabla de salarios aprobada por el Gobierno para el
2012 oscilaba entre el mínimo mensual de 2.300MT (60.5€) para
el sector agrícola y funcionarial –los mayoritarios- y el máximo
de 6.171MT (162€) para el sector de actividades financieras.
Padre e hijo pescando con red para subsistir.
Unos
salarios con los que hacer frente a precios de alimentación, por
ejemplo sin extenderme demasiado, aquí en Pemba de 2,10€ que
cuesta el litro de leche, el de aceite de girasol, el kilo de
tomates, pimientos y zanahorias… todos ellos a 80MT. El kilo de
arroz, harina de trigo y azúcar están en torno al 1,20€ (45MT).
El precio de un pollo de 900 gramos a 3,15€ (120MT) o los 6,5€
(250MT) del kilo de vaca de 3ª, hígado o vísceras; porque el
filete o carne de 1ª llega hasta los 11,8€ (450MT). Otros
productos son directamente puro lujo: yogures (cuatro por 3,2€) o
café (6,8€). Precios de países desarrollados, con salarios de uno
de los países más pobres del planeta.
En
fín, eso es lo que hay. Se admiten comentarios y opiniones al
respecto.
Alumnos de Nanhimbe preparando la tierra para el huerto escolar.
Pero
como quiero que terminemos con buen ánimo y, a ser posible, con una
sonrisa pues no puedo evitar volver por un instante al proyecto para
deciros que esta semana hemos terminado, por fín, con el reparto en
las escuelas del libro “O Nascer da Criança do Amanhã”,
tras haberlo entregado al último grupo que faltaba por recibir, de
la EPC Wimbe. Al igual que hicimos con los de la EPC
Maringanha, de Nanhimbe, les regalamos como premio adicional los
preciosos sacapuntas decorados artesanalmente por los críos del
Junior Shalom de Mislata, junto con unos lápices (nuevos y
sin punta) para que pudieran utilizar los nuevo afiadores
inmediatamente.
JPG.JPG)
La directora de la EPC Wimbe llamando a los alumnos del proyecto. Los alumnos con sus libros en el despacho de la directora, Carita Gilberto (centro).
Alegre salida de los estudiantes al patio de la escuela.
Un
besazo, buen fin de semana y hasta la próxima.
Lara
Pemba,
25 de Enero de 2013
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