10 de Febrero de 2012: PROFES@R DE PRIMARIA: (Escasa formación + Alta ratio alumnos) X Ínfimos salarios = Educación de baja calidad, pero con mucha voluntad.


¡Hola a todos de nuevo!

Tercera semana de talleres y seguimos. Bien y satisfechos de cómo se va desarrollando todo, aunque por supuesto no exentos de problemillas y dificultades “imprevistas” que, eso sí, capeamos de la mejor manera posible… y adelante.

Los críos cada vez se muestran más receptivos, participativos y relajados con nosotros, lo que incrementa su implicación y mayor respuesta ante nuestras didácticas y TPC (“Trabajos para casa”, en lenguaje mozambicano; es decir, nuestros “Deberes” de toda la vida). Hasta el momento, hemos trabajado tres temáticas:
- Derechos de la Infancia – Derechos de la Mujer. Igualdad de género.
- Abuso de Menores - Abuso sexual. Prevención y Protección.
- Tráfico de menores. Explotación, violencia y abandono.

Virginia de Maria, formadora de nuestro proyecto.

Quiero destacar el gran apoyo que estamos teniendo de los profesores, pedagógos y directores de las escuelas a los que admiro por su vocación y dedicación a la docencia, en unas condiciones que no sé cuántos de nosotros soportaríamos. Es por ello, que el post de hoy lo voy a dedicar a ellos, a los maestros de Pemba, para que ahí, donde estáis vosotros, se entienda un poco mejor el porqué de la aún baja calidad educativa de Mozambique.

Son varios los problemas, pero empecemos por el más evidente: sus bajísimos salarios. Según me explicaba la directora Bernadeta João, en su Escuela Primaria Eduardo Mondlane, ubicada en la aldea de Maringanha, tiene dos tipos de maestros: los que tienen un nivel de formación y experiencia Básico, que perciben 4.600 meticales/mes (131€) y los de Nivel Medio, con un salario de 5.400Mt (154€). Ella como directora tiene un sueldo de 6.150Mt (178€) más un 30% de subsidio técnico porque compagina el cargo también con el trabajo de profesora, formada desde el 98, con lo cual su salario mensual es de 8.300Mt (237€).

 La directora Bernadeta João en su oficina de la Escuela Eduardo Mondlane.

Estos ínfimos emolumentos obligan, en muchas ocasiones, a que el profesor tenga un segundo empleo para garantizar la manutención de sus familias, que a veces se solapa con el horario escolar lo que provoca entonces su absentismo o falta de asiduidad a las aulas. Asimismo, en determinados periodos del año, algunos de ellos deben también dedicarse a la agricultura, ya sea a nivel personal de subsistencia o remunerada, con lo que por ejemplo en época de siembra es bastante común que no aparezcan por la escuela.

Otro factor, en este sentido, es el retraso con el que reciben su ya de por sí escaso salario, especialmente si son nuevos. Bernadeta me contaba como anécdota que cuando ella se formó y graduó se incorporó a una escuela de un distrito de la región de Zambezia y que durante todo un año escolar, 12 meses, no cobraron y era la gente de la comunidad las que les daban comida y dónde dormir. Ese problema persiste aún hoy y, por ejemplo, a un profesor licenciado –son 4 años y se incorporan a Educación Secundaria o Superior- le corresponde un salario de unos 14.000Mt (400€) que, sin embargo, por lo general no comienzan a percibir hasta pasados uno o dos años de ejercicio.

Ante esto, una se pregunta, les pregunta, que entonces ¿por qué siguen o deciden ser profesores? Para la mayoría con los que he hablado es una cuestión “de vocación” y por supuesto “de servir al pueblo mozambicano” y los más jóvenes, como Jackson Prios, de 23 años, que ejerce su primer año como profesor, lo explica así: “Yo también fui alumno y me gustaba aprender, y doy gracias al Estado por haber tenido la oportunidad. Entonces, ahora lo que yo sé quiero enseñárselo a los niños como antes hicieron conmigo, porque nuestros niños son el futuro de Mozambique y de momento sí me compensa a pesar del poco dinero”.

El profesor Jacson Prios con sus alumnos de la aldea de Maringanha.

Sentimiento compartido por todos los que siguen dando clase día tras día, aunque como advierte una maestra de 4º de Primaria de la escuela de Alto Gingone “hay que incentivar al profesorado para que no pierda moral y rinda bien porque trabajar con niños no es fácil, las condiciones son duras y tenemos una media de 60 alumnos o más por turno”. Y, sobre este último punto, dado los bajos sueldos, añadir que hay profesores que asumen encargarse de dos y tres clases para aumentar su salario, lo que provoca un rendimiento más bajo en los últimos turnos y que la calidad de la enseñanza se resienta.

Profesoras en su aula bajo el árbol. Escuela de Alto Gingone.

La escasa formación y la falta de homogeneidad –hay diversos modelos educativos en todo el país- es otro problema. Según diversos estudios, cerca del 42% de los profesores de Primaria y el 31% de Secundaria no tenían ningún tipo de preparación pedagógica. El Gobierno es consciente de ello y durante la apertura del curso en enero pasado, el ministro de educación, Zeferino Martins, además de asegurar que se continuaría apostando por el derecho a educación básica y obligatoria hasta 7º (ciclo de Primaria) declaró como principal reto para 2012 “mejorar la calidad de la enseñanza”.


 Profesora en su aula masificada de alumnos. Escuela de Mahate.

Para ello, una de las medidas adoptadas a nivel experimental en tres institutos de formadores –uno de ellos el Alberto Chipande, aquí en Cabo Delgado- es la introducción de un nuevo currículo de formación de docentes de Primaria. “Este currículo –declaró el ministro al periódico “Noticias”- basado en competencias, pretende formar profesionales competentes, con un elevado espíritu patriótico y capaces de analizar situaciones complejas, reflexionar sobre las prácticas pedagógicas, y saber elegir y tomar decisiones”.

Sobre Secundaria, Martins anunció la intención de “sustituir por técnicos de nivel superior los cerca de 40% de docentes que ejercen sin el nivel adecuado”.
Aunque no habló nada -o yo no lo he visto publicado por ninguna parte-, de un aumento salarial terminaré con los “desafíos” que el Gobierno mozambiqueño espera asuman los profesores: “Mejora de la calidad de la enseñanza, preservación de la unidad nacional, el mantenimiento de la paz, profundizar en la Democracia, el respeto por los Derechos Humanos, la preservación de la cultura mozambiqueña, y combatir el asedio sexual y la discriminación infantil por ser portadores de HIV/Sida”.

Y es que citando al recordado Samora Machel, primer presidente de la República de Mozambique: “La escuela es un farol que ilumina la noche”.

Um beijo e até já Pemba.

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