Primer
día de febrero y primer día, en muchos, que no llueve –de
momento- y el rey sol vuelve por sus fueros. Así es que para
celebrarlo, hoy os voy a contar una tradición de las mujeres
mozambiqueñas de aquí que para todos los foráneos, cuanto menos,
nos asombra por curiosa en cuanto a su utilidad práctica pero, sobre
todo, por su significado en origen: el “Musiro”.
Mujer Mwani de la isla de Ibo
Pues
a ver, el musiro
es una especie de mascarilla facial que las mujeres de la costa del
norte de Mozambique, regiones de Cabo Delgado y Nampula, fabrican
golpeando y moliendo las ramas de un árbol -localmente conocido como
musiro
pero cuyo nombre científico es Olax
Dissitiflora-
contra unas piedras o en un mortero, al tiempo que le van añadiendo
un poco de agua. De ahí sale una pasta blanca con la que se
impregnan la cara y se la dejan puesta todo el día, mientras hacen
sus quehaceres diarios.
Mujer Macua de Pemba
Además
de protegerles del sol, lo cierto es que el musiro
es un magnífico exfoliante natural que proporciona suavidad y
tersura a la piel, yo misma lo he comprobado; y, según leí hace un
tiempo, algún laboratorio cosmético occidental iba detrás de
lanzar un producto con este compuesto. Alguna gente local, que debe
ya olerse algo al ver el interés que despierta el musiro
entre los incunhas
–“blancos”
en lengua macua- prepara para su venta bolsitas con el polvo blanco
resultante de las ramas, listo sólo para mezclar con agua.
Mujer Macua de Mecúfi
Lo
más curioso del musiro
es que antiguamente tenía unos significados y las mujeres se lo
aplicaban para “mandar” mensajes a los hombres o ante la propia
comunidad. Por ejemplo, en algunas poblaciones costeras, quien lo
llevaba quería decir sencillamente que estaba casada. En otros, sin
embargo, lo que expresaba es que su marido estaba fuera de la
población trabajando. Hoy en día, la realidad es que la mayoría de
los significados del musiro
se han perdido, aunque no así la tradición de seguir usándolo como
un eficaz y barato producto de belleza.
Besos
a todos y hasta la próxima entrega
Pemba,
1 de febrero 2012
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