¡Hola a todos de nuevo desde tierras
australes!
Como leéis en el titular, pues sí, acabamos
de regresar a Mozambique de la
misión exploratoria que, durante dos semanas, nos ha transportado a mi y al
proyecto a Madagascar; esa mágica y
espectacular isla-continente, también conocida por estos mares del Océano Índico como la “Gran Isla”. Tierra endémica de baobabs,
lémures, camaleones y una diversidad brutal de flora y fauna que te encandila
desde el primer segundo.
Vayan de aperitivo, en espera del post
fotográfico que dedicaré a lo que hemos visto y sentido por allí, estas fotitos
de la gran diversidad paisajística que ofrece la tierra malgache:
Los arrozales en terrazas de las tierras altas, en el centro de la isla
Los fotogénicos baobabs Fony. A este en concreto, le llaman Baobab Gemelo
Una aldea del llamado "País Betsileo", vista desde la carretera N7
Actividad de carga de los barcos al atardecer en el puerto de Túlear
Una mujer malgache con la mascarilla natural que en Mozambique se llama "Musiro"
Y ahora que ya tenemos un contexto visual de
la situación me gustaría, antes de seguir, daros sólo dos pequeños apuntes
comparativos entre Madagascar (MDG) y Mozambique (MOZ) para que desde la
frialdad de los datos oficiales os hagáis una idea de en qué situación está
cada cual. Ojo! ambos con muchas deficiencias, necesidades primarias sin
cubrir, bolsas de pobreza tremendas, por supuesto catalogados como países en
vías de desarrollo… pero resumiendo:
— Madagascar ocupa el lugar 155 en
el Índice de Desarrollo Humano 2014 de la ONU. Mozambique
se sitúa en el 178, del total de 187 países analizados.
— Según el estudio de Unicef “Estado Mundial de la Infancia 2014”, la
tasa de mortalidad en menores de 5 años en MDG es de 58, que le lleva a ocupar
la posición 46; en MOZ es de 90,
sube hasta el puesto 22 (la triste tabla la encabeza en primer lugar Sierra
Leona con 182)
Volviendo al motivo que genera que os escrita
este post os contaré, además, que hemos volado hasta Madagascar para, entre
otros muchos aspectos de cara a mejorar o ampliar nuestro “O Nascer da Criança do Amanhã” que
venimos ejecutando desde 2011, conocer in situ el trabajo y la experiencia en Educación
e Infancia que realiza la, ya no tan pequeña ONG malgache Bel Avenir en red internacional con la Fundación Agua de Coco.
Y os aseguro que hemos aprendido mucho, hemos
sacado muchas ideas, hemos intercambiado puntos de vista, análisis, sueños y
deseos… Y, principalmente, hemos aprovechado al máximo todo lo que tan
desinteresadamente y con una calidez humana y solidaria extraordinaria nos ha
brindado desde la responsable de Voluntariado Olga Bautista Cosa hasta el último miembro del buen equipo que lidera Mme.
Volanjary Madio Hélène, presidenta del Consejo de Administración de Bel
Avenir; y José Luis Guirao Pineyro, director
general de la citada ONG.
José Luis Guirao y Mme. Volanjary Madio Hélène
A ellos, en nombre de AHUIM y en representación
de todos los que con vuestro trabajo y colaboración hacéis realidad el proyecto
en Pemba y en Mislata, entregamos como regalo un ejemplar de nuestro “Cuentos de los niños del mañana. Fábulas tradicionales mozambiqueñas”, que no
sólo les encantó si no que quisieron agradecernos con la entrega de un diploma
y unas cariñosas palabras, que podéis leer en nuestro apartado “Lo que cuentan”.
Como evidentemente soy de las que comparte
aquello de: “Es de bien nacido, ser
agradecido” pues permitidme que esta entrada de hoy la dedique a presentaros
y visualizar someramente lo que Bel Avenir viene desarrollando desde su
creación en 2003.
Tanto en la ciudad de Fianarantsoa —en el centro del país— donde gestiona una granja escuela; pero mayoritariamente en la ciudad de Túlear —en el suroeste de Madagascar, frente a las costas de Mozambique, precisamente— donde al día de hoy han logrado crear y dirigir: un par de escuelas, dos centros sociales para niñas en situación de riesgo, dos centros de educación nutricional, un centro de Arte y Música, un par de centros educativos medioambientales en la aldeíta de Ifaty/Mangily… lo que genera, según puede contar, hasta un total de 24 acciones o proyectos diferentes.
Tanto en la ciudad de Fianarantsoa —en el centro del país— donde gestiona una granja escuela; pero mayoritariamente en la ciudad de Túlear —en el suroeste de Madagascar, frente a las costas de Mozambique, precisamente— donde al día de hoy han logrado crear y dirigir: un par de escuelas, dos centros sociales para niñas en situación de riesgo, dos centros de educación nutricional, un centro de Arte y Música, un par de centros educativos medioambientales en la aldeíta de Ifaty/Mangily… lo que genera, según puede contar, hasta un total de 24 acciones o proyectos diferentes.
Bel Avenir dispone de un camión en el que transporta a los chiquillos a las actividades complementarias, desde visitas medioambientales al bosque de baobabs al centro de recuperación de burros en Mangily
He tenido el privilegio de conocer y
compartir la mayoría de ellas, y
no lo voy a negar mi cabecita pensante iba tomando buena nota de lo que
sería extrapolable o exportable a la realidad infantil de Pemba o no. De ahí ya
veremos y, llegado el momento, os contaremos.
Pero en cualquier caso, de lo que los niños
de Mozambique seguro que nunca podrán disfrutar —porque no existen— será de la
visión real en libertad de los dos diminutos, tiernos y extraños lémures que los niños malgaches
participantes aquél día en el “Aula
Verde” y quien os escribe, pudimos ver a en su hábitat natural.
No eran los lémures más famosos y
fotografiados de la isla, los diurnos Makki
catta de larga cola rayada de círculos blancos y negros, pero a mi me
parecieron preciosos con sus distintivos ojitos redondos marrones, chiquititos
de no más de 40cm y semicamuflados con su pelaje grisáceo y marrón. Una
delicia.
Para ir terminando, si de entre todos los
programas que ejecuta Bel Avenir tuviera que elegir uno, sin duda sería —tal
vez por mayor afinidad a lo que hacemos en nuestro proyecto en Pemba—, su Escuela des Salines, situada en el
paupérrimo y abandonado barrio de Ankalika
en el extrarradio de Túlear, donde imparten desde Preescolar, Primaria y
Secundaria a más de mil chiquillos a los que intentan dar un futuro lejos del
trabajo infantil, la explotación, los embarazos y matrimonios precoces…
Más que seguir “hablando”, mejor mostraros
unas fotografías y terminar con la buena energía que siempre nos aporta una
sonrisa de un niñ@, o de dos, o de tres, o de muchos…
Da lo mismo que uno esté en Madagascar, en Mozambique, en el Sáhara o en España. Da igual. La alegría, la risa, el bienestar infantil es una de las mejor medicinas “existenciales” que conozco para ser un poquito más felices.
Muitos beijos, fiquem bé e até já
Lara
Pemba,
26 de octubre de 2014
Lo acabo de leer y me ha encantado! Mucho aire fresco para los niñ@s de Pemba!!!
ResponderEliminarMolt interessant el treball de Bel Avenir i les possibilitats de col.laboració amb el vostre projecte. És ben satisfactori començar el dia llegint històries com aquestes que ens donen esperança en un futur millor. Molts ànims i energia des de València!
ResponderEliminarAlbert.
Lara,
ResponderEliminarFue un placer tener por Tuléar, llena de energia positiva!!!
Mucho animo y continuad con el buen trabajo que haceis en mi Pemba natal!!
Adolfo
Ha sido una gozada leeros, ver las fotos y descubrir Madagascar a través de vuestro proyecto, qué suerte conoceros :) Un abrazo
ResponderEliminarMuy interesante le que cuentas. Impagable la labor que hacéis. Resulta reconfortante descubrir esas sonrisas en las caras de personas que viven con muy poco.
ResponderEliminarUn abrazo
Antonio (vecino)