14 de Octubre de 2013: Nuestros cuentos llegan hasta Maputo

¡Hola a todos!

Este post va a ser atípico por partida doble: primero porque su contenido no estará enmarcado en donde trabajamos, Pemba, sino en la señora capital del país Maputo; y segundo porque lo vamos a escribir conjuntamente con nuestro logista Azimo, que es quien acaba de estar allí y ha representado al proyecto ante la Embajada de España, donde entregó unos ejemplares de nuestro libro de Cuentos de los Niños del Mañana.

Estatua de Samora Machel en la Plaza de la Independencia.

De su fructífera entrevista os hablaremos otro día. Hoy, sin embargo, queremos ofreceros unas rápidas pinceladas de la gran Maputo, anteriormente llamada Lorenço Marques, situada a 2.400Kms. de distancia al sur de Pemba, que se traducen en 2.30 horas de avión —previo pago de entre 300-450€, según pilles o no oferta online— o dos días en machibombo (autobús) —por unos 200€—, siempre y cuando no sufra una (habitual) avería por la única carretera nacional que nos comunica con el sur. 

Azimo, que debía ir urgente a tratar un asunto personal, decidió pagar y volar así cómodamente en el avión que, primera sorpresa y gran diferencia con Pemba, le dejó en una terminal moderna e impoluta —“melhorada e em condiçoes”, Azimo dixit—. Un aeropuerto recién inaugurado que ha sido construido por una empresa china (¡cómo no!), y cuya primera impresión, de seguro, rompe al viajero con su preconcebido estereotipo africano.

El moderno y nuevo aeropuerto de Maputo construido por una empresa china.

Lo que no le sorprenderá sabiendo que llega a una capital de 1,244 millones de habitantes (dato de 2006) una vez se adentre hacia los puntos neurálgicos de Maputo, es la gran cantidad de gente, tráfico, ruido y altos edificios —“grande parecido com Valencia”, resume—. Pero ahora bien, ahí mismito, por algunas turísticas calles del centro sí podrá sentir que está en un país africano en vías de desarrollo ante la insalubridad que rezuman las aceras con su acumulación de basura, sus charcos provocados por fosas sépticas inundadas y el tufo que invade el ambiente: Cheirava muito mal, fétido e desagradável”vamos que olía muy mal, hediondo y desagradable.

Altos edificios y anchas avenidas, como cualquier capital.

 Abarrotada calle céntrica en un día laborable.


Barrio de "A Baixa", en el centro de Maputo.

A Azimo también le sorprendió, pero ésta vez positivamente y hasta con una cierta envidia dada la limitación de recursos que sufrimos en Pemba, toparse con salas de cine y un gran número de bares y locales que programan actividades culturales como actuaciones de música, exposiciones o teatro. De todo eso aquí en Pemba, nada de nada. Como tampoco tenemos supermercados ni grandes superficies donde abastecernos a precios normales de comida surtida. Aquí ni precios normales, todo es carísimo; ni oferta de productos alimentarios, tenemos cuatro cosas y todas de importación de Tanzania o de Sudáfrica.

Cine África, muy cerca de la zona de facultades.

En fin, que como todo en esta vida, donde nada es o blanco o negro absoluto, pues Maputo tiene sus cosas buenas y otras que no lo son tanto si vives allí. ¡Ojo! que hablo por boca de Azimo porque yo en tres años que llevo en Mozambique no he pisado aún la capital. Pero a lo que iba, por supuesto que sus cuidados parques con relajados cafés, herencia portuguesa, donde evadirte leyendo un buen libro o el periódico; o la bonita estación central de CFM (Caminhos de Ferro de Moçambique) no los tenemos en Pemba, donde apenas si contamos con ejemplos de arquitectura urbana. Pero lo que sí tenemos y por todas partes es un espectacular escenario natural de preciosas aguas turquesas, arenas blancas, pintorescas aldeas que se confunden con el paisaje de sabana africana, inmensos baobabs… y calma. Mucha paz y tranquilidad.

Fachada de la bellísima estación central de ferrocarril.

Y es que como pensó Azimo cuando miraba por la ventanilla del avión poco antes de aterrizar en Pemba y veía el impresionante escenario natural que nos rodea, y en el que él nació y se crió: “Ya estoy en casa, ya estoy en el paraíso”. ¡Cuanta razón tiene!

El paraíso. Alrededores de Pemba y la vecina aldea de Murrébue desde el avión.

Beijos e todo bom para vocês dês de o Olimpo moçambicano

Azimo y Lara

Pemba, 14 de octubre de 2013

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