¡
Hola, hola !
Tras
un par de semanas ocupándonos en este blog de la actualidad social
por este hemisferio, vamos a retomar hoy la información sobre el
proyecto y las infraestructuras en marcha. Y aunque el ritmo de
avance no es que sea precisamente el de la velocidad de la luz
–debido a la metereología, problemas sanitarios y laborales, entre
otros–, lo importante es que avanzan pasito a pasito, pero bien.
EPC Maringanha en la que estamos instalando la energía eléctrica.
Además
hablando de luz, tenemos una nueva obra en ejecución, la cuarta ya:
la instalación de energía eléctrica y alta del servicio de luz
para la Escuela
Primaria Completa (EPC) Maringanha,
ubicada en la aldea de Nanhimbe.
Unos trabajos que iniciamos hace apenas 15 días y que nuestro
electricista jefe Abene
Jussa Vicente
junto con su ayudante Sabunê
Júlio
nos entregaron ayer sábado, su parte completamente finalizada. Ahora
entramos en la fase de solicitud, conexión de red y apertura de
contrato por parte de la EDM, la empresa pública Electricidade
de Moçambique,
única suministradora.
El director José Gabriel Mogo sigue atento la instalación en su despacho. Los electricistas colocan los tubos en una de las salas.
Esta
actuación permitirá tener luz en los dos bloques que integran la
escuela, que se reparten en siete espacios interiores: cuatro grandes
salas de aula, tres despachos individuales de director, pedagogo y
secretaría, y sala de profesores; así como las luces exteriores.
Los beneficiarios directos serán 636 alumnos, maestros y cuerpo
directivo; y con ello, la EPC Maringanha se unirá a la EP1
Eduardo Mondlane
y la EPC
Mahate en
el grupo de escuelas a las que el proyecto ha facilitado el
suministro eléctrico.
Recogiendo nuestras puertas en la carpinteria de Muxara. Ese sábado llovía y la tormenta fue tremenda.
En
cuanto al resto de obras en ejecución, todas en la citada EP1 de la
aldeíta de Maringanha, como os decía siguen adelante. Las nuevas
puertas de madera, realizadas a mano por artesanos carpinteros de
Muxara,
están ya colocadas en las aulas y la rehabilitación de los bloques
está casi, casi terminada.
Una de las puertas ya colocada en la escuela.
Nos
falta instalar el nuevo techo interior a la secretaría, cerrar con
una puerta el acceso a la toma de agua para evitar que toda la
comunidad robe el agua a cuenta de la escuela y comenzaremos a
pintar, en cuanto las lluvias nos lo permitan también.
Así estaba antes. Cuando llovía se convertía todo en barro. Y así de bonito está ahora. La puerta ya con su pomo y cerradura.
¿Y
qué más? Pues sobre la parte educativa del proyecto, novedades que
no os había contado hasta ahora. Desde finales de enero contamos ya
de nuevo con el inestimable trabajo y apoyo de nuestro técnico
local, Azimo
Sadaca,
una ayuda que es súper esencial en el aspecto lingüístico para
entendernos en macua con los críos. Mis avances en esa lengua bantú
son como el ritmo de algunas de nuestras obras: un poco lento a vista
de cánones occidentales, normal para el hacer africano. Palabras
sueltas que lanzo en el momento oportuno para ganarme su confianza y
sus risas –creo que mi pronunciación es bastante mala–, y poco
más. Pero ahí está Azimo salvador.
Comenzando el taller. El técnico Azimo con nuestros alumnos.
Así
que los talleres en aula con los chiquillos también los estamos
impartiendo ya. Muchas veces a “trompicones” e improvisando
rápido sobre la marcha la verdad, porque la situación aquí en
Pemba, en estos momentos con las lluvias, brotes de cólera y
diarreas agudas, como os comentaba en el último post, no es nada
fácil.
A los cinco minutos este era el aspecto de nuestra aula.
Y
para que veáis cómo el proyecto también se tiene que acoplar a la
realidad diaria que viven multitud de profesores en casi todas las
escuelas, que enseñan debajo de los árboles y con los alumnos en el
suelo, os contaré para terminar una de las experiencias en este
sentido que vivimos esta misma semana en la EPC Mahate.
Apenas si podíamos movernos. La concentración era difícil.
Llegamos
a la aldea el día combinado para nuestros talleres. Según nuestro
plan de trabajo, nos tocaba impartir actividades creativas; en
concreto, estampación en textiles que tan buen resultado está dando
en todas las escuelas. Los críos se lo pasan pipa y alucinan cuando
pintan los moldes sobre las telas y ven aparecer los dibujos de
tortugas, baobabs, cebras, mariposas… Un inciso, deciros que aquí,
actividades en clase como la asignatura que en mi época se llamaba
Plástica no existen. Los chiquillos no han experimentado ni de lejos
nada relacionado con el arte, la creatividad… nada.
Pero en cualquier momento llegaba la recompensa por su buen hacer.
Bueno,
a lo que iba. Llegamos y a pesar de estar todo supuestamente
organizado con la dirección de la escuela nos encontramos con que no
tenemos aula libre para impartir el taller. Pero tenemos lo más
importante, ésta vez sí tenemos a los alumnos. Así es que, ni
cortos ni perezosos, aprovechamos la oportunidad adecuándonos a la
situación, que no fue otra que dar el taller debajo del único árbol
que nos ofrecía un pelín de sombra. Cambiamos de tema, dejamos las
tintas y las esponjas para cuando no tuviéramos arena por todas
partes y dispusiéramos de mesas sobre las que apoyar nuestros
telares, y nos centramos en la ilustración imaginativa de cuentos y
fábulas de animales.
Los alumnos trabajando y el público pegados a ellos.
Para
nosotros fue agotador, os lo aseguro. Calor y una multitud de
chiquillos salidos de toda la aldea, creo yo, que se apelotonaban
curiosos y deseosos de usar ellos también las pinturas, las ceras,
oir los cuentos y que en la práctica, sin pretenderlo, nos
dificultaban enormemente la concentración… y la respiración ¡!!
Pegados, pegados a nosotros, hubo momentos en que apenas nos podíamos
mover y, honestamente, reconozco que la situación llegó a ser un
poco agobiante.
Su curiosidad vencía al sol y el calor.
Acabamos
muertos y con la ropa mojada de sudor, pero también muy satisfechos
y orgullosísimos de ver cómo con el proyecto, además de enseñar
cosas nuevas para ellos, contribuimos a la alegría infantil. La
reacción, la expectación, la curiosidad de los chiquillos te lo
dice todo. No tenemos manos ni medios para trabajar creativamente con
las siete clases, es imposible, hay que elegir y los destinatarios
del proyecto son los de 5º Primaria, pero las ganas y las sonrisas
las tienen todos.
Até
próxima, desfrutem e sê felizes.
Lara
Pemba,
10 de Febrero de 2013
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