18 de enero de 2014: Pemba empieza 2014 con semáforos, lluvias y nuevos sueños

¡Hola a todos! ¡Feliz 2014!

Tras dos meses de asueto y fiestas navideñas disfrutadas ésta vez sí en Valencia —por primera vez desde hace tres años—, ya he vuelto a Mozambique, con las pilas cargadas y muchas ganas para comenzar la III Fase de nuestro querido O Nascer da Criança do Amanhã. Tercer año ya de proyecto, que vamos a intentar que siga siendo tan rico y estimulante como lo viene siendo desde que lo iniciamos allá por 2011.

Pero permitirme que empiece este primer post con el notición que me he encontrado nada más aterrizar a principios de esta semana: ¡Pemba ya tiene semáforos! Sí, sí, esas tres lucecitas que regulan el tráfico y que hasta ahora los niños de nuestras escuelas sólo conocían por los libros de texto o la tele, símbolo de desarrollo y educación vial donde los haya. Pues eso, Pemba, como ciudad que se precie, ya tiene también sus propios semáforos; cuatro para ser exactos, un tanto chiquitines y endebles pero que al fin y al cabo cumplen con su función y que han sido colocados en el principal —y hasta ahora caótico— cruce del centro, kilómetro cero, de la ciudad.

Los semaforitos de Pemba son tan chiquitos que apenas si se ven.

A vosotros ahí os podrá parecer una sandez de noticia pero hay que vivir y conducir aquí para entender la sorprendente emoción de lo que significan dichos artilugios para la población. Para ellos significan, ni más ni menos, que Pemba está creciendo, mejorando, situándose al nivel de otras capitales de provincia mozambiqueñas como Nampula, Beira o Inhambane, por no exagerar comparándose con la capital Maputo. Y es que no olvidéis que nuestra provincia de Cabo Delgado es junto con la de Niassa (vecina hacía el oeste) las dos más desfavorecidas y con mayores índices de subdesarrollo general de todo Mozambique.

Y ello nos guste o no —hay que ser realista y no exagerar con los tímidos avances—, por desgracia, también se sigue notando y sufriendo aquí —aunque tengamos ya los cuatro semaforitos— en épocas de lluvias como la actual. Como todos los años por estas fechas, de diciembre hasta febrero-marzo, más o menos, los llamados monzones del Índico descargan con fuerza casi todas las tardes en Pemba. En estos momentos, todos los barrios y humildes núcleos residenciales ya están inundados y anegados por el agua y el barro. Familias enteras han tenido que ser desalojadas del barrio de Noviane, muy cercano a la playa de Wimbe, porque el agua se ha colado varios centímetros de altura en sus endebles viviendas dematope y macute. Y los cortes de luz, como ahora mismo que os estoy escribiendo, son constantes.  Aquí va una pequeña serie de fotografías para que os hagáis una idea.

Wimbe. El agua acumulada llega hasta las casas.

A la derecha, un camino de acceso a Wimbe intransitable por el agua.

Noviane. Acceso al barrio completamente embarrado.

El agua aisla las casas al inundar los caminos de tierra.

Nanhimbe. Exactamente lo mismo que en el resto de barrios,

el agua se acumula por varios centímetros.

Sin embargo, no quiero terminar este primer post de nuevo año y nueva fase de proyecto, sin avanzaros un pelín una de las bonitas actuaciones que hemos aprobado y en la que ya estamos metidos de lleno. Aunque os la contaré con detalle en otro post, os adelanto que vamos a trabajar conjuntamente con Rádio Sem Fronteiras (RSF), la radio comunitaria de la diócesis de Pemba y la de mayor audiencia, en la realización de un programa cultural y educativo con los alumnos de las escuelas para incentivarles su creatividad a través de la literatura, sus talentos culturales, su expresividad…

Rádio Sem Fronteiras tiene dos pequeños

estudios de grabación (izq.) y emisión (dcha).

En fin, como digo, os lo contaré con muchísimo más detalle en breve. Hoy sólo quiero avanzaros una pincelada aprovechando que esta semana ya nos reunimos con la directora de la radio, María Anselmina Cesário, a la que el proyecto ha donado un lote de materiales tecnológicos compuesto por una grabadora digital de 4GB, pen-drives de 16GB y un gran lote de pilas AAA —todo ello inaccesible de adquirir en Pemba y que hemos traído de Valencia—, y que vamos a utilizar en nuestra futura activividad.

La directora Anselmina Cesário (izq.) y la secretaria Farlinda Amade (dcha)

reciben los materiales donados por el proyecto.

Ahora ya sí para terminar con buen “sabor” este primer post, me despido de todos vosotros con una preciosa e impresionante imagen del Kilimanjaro, que tomé en el avión dado que esta vez volaba a Pemba desde Nairobi (Kenia), atravesando Tanzania de norte a sur. Y el Kilimanjaro se sitúa al nordeste de Tanzania, muy cerquita de la frontera con Kenia, con lo cual lo pude apreciar maravillosamente bien dadas las buenas condiciones atmosféricas de ese día de vuelo.

La montaña del Kilimanjaro. Al fondo el volcán Shira (3.962 m).

El Kilimanjaro, como sabréis, alberga la cota más alta de África con los 5.891,8 metros de altitud del Kibo, uno de los tres volcanes inactivos que conforman en realidad la montaña (los otros dos son el Shira y el Mawnzi). Pero el Kibo es conocido sobre todo, al margen de su record de altura, por sus famosos campos de hielo, que desde las alturas aún se ven como regueros que descienden desde su pico Uhuru, pero que se están reduciendo dramáticamente y se estima que desaparecerán por completo entre 2020-2050. Una pena medioambiental más.

 Kilimanjaro. El volcán Kibo (5892 m) y sus campos de hielo,

el punto más alto de África.

Bem vindos todos de novo, muitos beijos para vocês e até já.

Lara

Pemba, 18 de enero de 2014