Pues ya estamos otra vez por tierras africanas y con nosotros ha llegado también, intacto y sin perderse ni uno, el cargamento de libros “Os Contos das Crianças do Amanhã”, que en cuanto nos sea posible repartiremos en las escuelas. Y digo que en cuanto podamos porque, para no variar como siempre que vuelvo, me encuentro con “sorpresitas”. Esta vez el coche, que debido a dos meses de no rodar no sé que pieza del depósito de aceite de la caja de cambios se ha “secado, ya no actúa como esponja y al ponerse dura se revienta y el aceite se sale como por un grifo”, más o menos así me lo explicó ayer el mecánico cuando por fín logramos remolcar nuestra Ravita, como llamo yo a nuestro Toyota Rav4, con ayuda de otro 4x4. Total, que la reparación parece ser que no es costosa en dinero, pero sí en tiempo porque la dichosa pieza a reponer está detrás del motor y primero tienen que sacar el motor. Me han prometido que en una semana está listo; claro que si es una semana africana….
Pero bueno no todas las sorpresitas son negativas, he tenido otra muy agradable y es que por fin me han cambiado el techo de macute (hojas de palma) de mi casa, que como sabéis también es la oficina del proyecto, y que estaba todo podrido y repleto de bichos e insectos que me caían dentro, además de innumerables goteras. Ahora mi “choza” luce preciosa por fuera y por dentro. Y como muchos de vosotros sé que tenéis curiosidad por saber dónde vivo, pues aquí van unas fotitos:
Mi "choza" con su techo de macute nuevo.
Interior para que apreciéis cómo es un techo de bambú y macute.
Pero la sorpresita más dulce es la que nos dan todos los años por estas fechas las bellísimas y acróbatas ballenas Jorobadas que pasan en migración por aquí, por las cálidas aguas que bañan las playas de Pemba. Son un espectáculo, os lo aseguro, porque desde la arena las ves perfectamente hacer sus saltos, tirar sus chorros al aire, sus golpetazos de cola y aletas pectorales… ¡Unas aletas larguísimas! Las más largas de todas las ballenas y que pueden llegar a medir tanto como la mitad del total de su cuerpo, entre 11-15 metros y 25-30 toneladas de peso; con lo cual estamos hablando de aletas de ¡hasta 5 metros de largo!
Las larguísimas aletas de una ballena Jorobada y aquí enseñando su aleta caudal antes de su inmersión.
La ballena Jorobada se encuentra en todos los océanos del mundo pero cambia de lugar según las estaciones del verano y del invierno. En verano están en sus zonas de alimentación en las regiones polares y en invierno migran para aparearse y dar a luz a sus crías en las aguas cálidas alrededor del Ecuador y, para ello, pues las poblaciones de ballenas del hemisferio sur pasan por aquí por las aguas de Mozambique-Madagascar entre septiembre-octubre. Lo dicho, un espectáculo natural precioso que se completa con los juguetones delfines que siempre andan danzando por aquí.
Un grupo de delfines entre las playas de Wimbe y Londo.
Y para terminar este primer post lo cerraré contándoos una curiosidad fascinante de las ballenas Jorobadas: sus machos cantan las canciones más largas y más complejas del reino animal. Estas “canciones” son, por lo visto, series complejas de silbidos que cantan en un orden específico y pueden durar hasta medida hora. Y se cree que la canción es una de las formas en que los machos compiten entre ellos para atraer a las hembras: el mejor cantante atrae a la mejor compañera. Que románticos los “ballenos” ¿verdad?
Mujeres adentrándose a pescar con red momentos después de avistar la ballena.
Por detrás de estos niños pescadores pasan a diario las ballenas.
Muitos beijos e estamos juntos
Lara
Pemba, 14 de septiembre de 2013
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